La experiencia del multilingüismo vista por una madre......lingüista
Para conocer el fenómeno del bilingüismo/multilingüismo no basta preguntarse sobre los mecanismos biológicos de adquisición de lenguaje, sino que hay que interesarse también por lo que representa una lengua, por la naturaleza de sus vínculos sociales que ella crea y mantiene. B. Abdelilah-Bauer.

martes, 2 de abril de 2013

Territorio neutro o la reivindicación de la doble nacionalidad

Pensaba sobre la importancia de la vinculación de la tierra y la nacionalidad, por obvio que pueda parecer.

Cuando vivíamos en Brasil mi hijo nunca reivindicó su nacionalidad española: decía que su madre era española, que teníamos costumbres españolas, pero nunca dijo que él fuera español. Sin embargo mi hija sí decía que era española -esta entrada la voy a vincular, en breve, con otra que tengo pendiente de identificación genérica- e incluso el hermano le decía que no, que ella era brasileña y que la española era yo.

El caso es que desde que vivimos en Portugal, Nicolás se identifica como español con compañeras de clase cuyas madres son españolas, con las que han llegado a fundar un Club de españoles, con una vida de 1 semana porque al final era un rollo poder hablar sólo entre nosotros, Nico dixit. Por otro lado, se emociona hasta el sonrojo al oír hablar a brasileños o cuando ve la bandera de Brasil por la calle.

Y Clara ha llegado a decir que es madrileña una vez que oyó que había un partido de fútbol entre el Real Madrid y el Sporting –creo-.

He empezado esta entrada con una idea que no me deja del todo tranquila,   la del territorio neutro: en Portugal estamos entre España y Brasil, a veces es como estar en una España con banda sonora en portugués. No sé si es territorio neutro, está la tierra.





7 comentarios:

  1. Es muy explicable, me parece. Estar en Portugal os aproxima enormemente a España y aquello que estaba tan lejos en Brasil - además, la realidad brasileña, creo yo, es tan abrumadora, tan innegable, tan continente - y que probablemente era tan aquel lugar del que es mi madre - para Nicolás pasa a ser un referencia, un vínculo que se hace más grande, una identidad que adoptar rápidamente.... No sé, Diego por ejemplo cuando está en España dice que no quiere volver y asume con fuerza su parte española, se la apropia. Después aquí vuelve a estar lejos. Y la brasileidad lo ocupa todo. Y ese distanciamiento gradual, con el pasar de los días - tras la vuelta de nuestros viajes a España - se va reflejando en la lengua, en el español que habla, de forma que el portugués empieza a interferir con más fuerza. Y la entonación y el acento se hacen más brasileiros. Y entonces volvemos y en España vuelve a empaparse de acento y de identificación creo.

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    1. Sí, por eos lo de terrotorio neutro no termina de convencerme.Antesdevenir pensaba que la lengua común nos haría estar más cerca de Brasil, pero no

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  2. Me tomo la libertad de poner aquí un comentario que ha hecho Montse en FB, que creo que aporta cosas muy interantes

    Montse Romero Amat: Hola bonita, ya sabes que viviendo diariamente con 4 lenguas y "3" nacionalidades a veces es un jaleo. Pero tienes mucha razón que exponemos y reivindicamos nuestra nacionalidad en función de la persona que tengamos delante. A veces es un pequeño lujo hacerte pasar por extranjero y a veces es un inconveniente, pero siempre es enriquecedor (qué bonito!). Yo por mi parte a veces mis raíces españolas me hacen saltar de emoción pero cuando estoy en España me encuentro fuera de lugar... lo necesito y lo rehuyo a la vez. Y después es curioso como aprendes aún más con los hijos, no? Como tu comentas, uno se siente más francés (como el papá) y el otro más español, pero depende del momento se intercambian los papeles (a lo mejor para chinchar un poco). Y se acostumbran a estar lejos, más que tú, lejos de la familia, y de sus "nacionalidades"... porque creo que ni les importa a veces ni de donde son, pues ya no son ni de ningún sitio, sinó de muchos. Y están bien o mal, por el momento aquí o allí... lo que sí que veo es que les gusta más rodearse de personas como ellos, que entienden su "diferencia" de no estar anclados en ningún sitio, y de niños que no se ríen de ellos porque tienen algún acento especial, mezclan palabras de varias lenguas o no dominan un vocabulario súper extenso, ni un lenguaje coloquial... uff, hay mucho que hablar del tema. Me encantó tu blog. Seguiremos...


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  3. Pongo el comentario de Carlos, que no ha podido poner en el blog

    Carlos Donato: Comparto aquí el comentario que te mandé anoche:

    "Como tú, también me pregunto si países que están tan cerca de España son de verdad territorios neutros?

    Si viviera en Colombia o Argentina, por ejemplo, no sé si seguiría presentándome como español o español y brasileño en vez de brasileño o brasileño y español.

    Tanto en estos dos casos como en el de Portugal, está además el tema de la lengua y de la variación. Una vez, en Montevideo, querían saber de dónde era. Me di cuenta de que lo que había llamado la atención sobre mi origen era mi español y contesté: 'Te refieres a España, verdad?' Escuché entonces: 'No. Eso ya lo sé, pero de qué parte de España.' Y yo: 'Pues de São Paulo. São Paulo, España.'

    Por supuesto que en España jamás pensarían que soy español por la manera como hablo, sino todo lo contrario. Me di cuenta en aquella época que en España era donde menos me sentía español, por lo menos a partir del espejo que otro me ponía delante. No sé si hoy en día es así aún."

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    1. La cuestión "del espejo del otro" es importantísima en la iamgen que tenemos de nosotros mismos, y claro que también lo es en cuanto a la sensación de pertenencia a una comunidad cultural y lingüística. En el trabajo de Suficiencia investigadora una de las cosas que más me llamó la atención (ayayay) fue cómo una de las informantes me decía con dolor que ni en Brasil la reconocían como brasileña, ni en España la veían (o "miraban", esto nos da juego)como española.

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  4. No viví fuera de España hasta los veintiún años, así que mi caso es bien distinto. Sin embargo, he sentido esas diferencias de sentimiento de pertenencia según el momento, el lugar de residencia, el interlocutor y el tiempo transcurrido fuera del lugar de referencia.

    Un poco como Carlos, nunca me he sentido francés ni mucho menos, pero parte de mi corazón está en la ciudad donde viví. Al mismo tiempo, no me identifico mucho con mi pueblo, pero cuando estoy fuera recuerdo las cosas buenas que tiene. Y el mayor momento de afinidad nacional suele ser cuando en el extranjero en un momento dado coinciden un grupo de la misma nacionalidad. Es una especie de refugio seguro en un principio, aunque puede ocurrir que no haya afinidad.

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    1. Eduardo, lo que comentas de la aafinidad al encontrar en el extrajero a un grupo de la misma nacionalidad es una gran verdad. A veces es una afinidad que no dura mucho, a veces se queda en la sorpresa, alegría o curiosidad, no sé muy bien cómo describirlo, de oír esa lengua.
      En Portugal que hay tantos españoles, al principio yo me daba la vuelta cada vez que oía español por la calle. Ahora no...pero me sigue picando la curiosidad de quedarme pegando la oreja...

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