Estábamos
viendo el templo de Diana en Mérida y Nico (9 años mi criaturita) me dice:
- Mira
mamá, esa columnas son corinthianas*.
- ¿Anda? ¿Y cómo
sabes eso?, le
pregunto yo, recompuesta internamente después de la sorpresa y orgullo y con la lagrimilla en el rabillo del ojo, a punto
de achucharle mientras le digo ayyyyyyyyquelistoesminiño.
- Por las
hojas de la parte de arriba.
- Toma-geroma-pastillas-de-goma-que-son-pa-la-tós, se me ocurre.