En relación a la entrada anterior y la traducción de los elementos marcados culturalmente - yo hacía referencia a las comidas- el otro día estaba en casa para cenar un amigo del colegio de mi hijo, y Nicolás le preguntó "Camille, tu aime le miollo?" (pronunciado a la francesa, algo así como miolló)
El "miollo" en cuestión es una pasta desidratada que se cocina en 3 minutos (literalmente), y que es una alegría para los hijos y para los padres, y que es una cena comodín bastante común en Brasil, o por lo menos en la parte que yo conozco.
Y Camille, que es francés pero lleva un tiempo viviendo en Brasil y los padres también han descubierto el milagro del miollo, contesta, Oui, oui, j´aime le miolló!!!!
Las ideas de este blog y los objetivos son múltiples: reflejar experiencias lingüísticas en ámbitos multilingües, hacer una compilación solidaria de anécdotas sobre el aprendizaje de diferentes lenguas de manera simultánea. E intercambiar reflexiones, claro. El origen está en la narración de estas situaciones a mis hijos y sus risas, su gusto por oírlas varias y varias veces.
La experiencia del multilingüismo vista por una madre......lingüista
Para conocer el fenómeno del bilingüismo/multilingüismo no basta preguntarse sobre los mecanismos biológicos de adquisición de lenguaje, sino que hay que interesarse también por lo que representa una lengua, por la naturaleza de sus vínculos sociales que ella crea y mantiene. B. Abdelilah-Bauer.
jueves, 22 de marzo de 2012
miércoles, 7 de marzo de 2012
Se nos acaban las pilas de la inmersión lingüística
Siempre que vamos a España de vacaciones, vemos en Clara y Nicolás el efecto de la inmersión lingüística: adecuan su acento al de sus primos, empiezan a usar sus “jergas” de pequeños, se aprenden canciones, se les escapan palabrotas, se les levantan los hombros para hablar, se me españolizan lingüísticamente, vaya.
Y cuando volvemos se les va pasando el efecto, en dos/tres meses, les vuelven las interferencias, y al quinto mes empezamos a necesitar en vena dosis de input real.
Y claro, no es lo mismo disfraz que fantasia, por mucho que los diccionarios nos digan que sí, culturalmente no es lo mismo. Y esto me recordó que hace muchos años, haciendo una actividad, con Diego, de producción oral con brasileños aprendices de español, proponíamos que loes estudiantes dieran consejos a extranjeros que vendrían a Brasil para ver el Carnaval. Nos sorprendimos por la cantidad de interferencias que surgían, y nos dimos cuenta de que eran elementos con difícil traducción, no sólo por la particularidad de algunos conceptos, sino también por el contenido emocional y cultural.
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